Thursday, January 21, 2016, 7:40 AM
Siempre tuya.Virginia.
La Princesa y la bolsa de papel
Robert Munsch.
Elizabeth era una princesa hermosa. Vivía en un castillo y tenía costosas ropas de princesa. Se estaba por casar con un príncipe llamado Ronaldo.
Desafortunadamente un dragón destruyo el castillo de Elizabeth, quemó todas sus ropas con su ardiente aliento, y se llevó al príncipe Ronaldo.
Elizabeth decidió cazar al dragón y rescatar a Ronaldo.
Miró por todas partes buscando algo que ponerse pero lo único que pudo encontrar que no estuviera quemado, fue una bolsa de papel. Entonces se vistió con la bolsa de papel y siguió al dragón.
Era fácil seguirlo porque dejaba tras de sí un reguero de bosques quemados y huesos de caballos.
Finalmente Elizabeth llegó a una caverna que tenía una gran puerta con un enorme llamador. Tomó el llamador y golpeó la puerta.
El dragón asomó su nariz y dijo “Qué bien, una princesa!! Me encanta comer princesas pero ya me he comido un castillo entero hoy. Soy un dragón muy ocupado, vuelva mañana”
El dragón dio un portazo tan rápido que Elizabeth casi perdió su nariz.
Elizabeth tomó el llamador y golpeo a la puerta nuevamente.
El dragón asomó su nariz y dijo “Váyase. Me encanta comer princesas pero ya me he comido un castillo entero hoy. Soy un dragón muy ocupado, vuelva mañana”
“Espere” grito Elizabeth “¿Es cierto que usted es el dragón más elegante y feroz de todo el mundo?
“Si” Dijo el dragón.
“¿Es verdad”, dijo Elizabeth, “que usted puede quemar diez bosques con su ardiente respiración?”
“Oh, sí”, dijo el dragón, e inspiró muy hondo una enorme masa de aire y espiró tanto fuego que quemó cincuenta bosques.
“Fantástico”, dijo Elizabeth, y el dragón inspiró otra vez como un gigante y largó para afuera tanto fuego que quemó cien bosques
“Magnifico”, dijo Elizabeth y el dragón inspiró nuevamente otra enorme bocanada de aire, pero esta vez nada salió para afuera. Al dragón no le habían quedado ni siquiera el suficiente fuego como para cocinar una albóndiga.
Elizabeth dijo, “¿Dragón, es cierto que usted puede volar alrededor del mundo en solo diez segundos?”
Estaba muy cansado cuando regreso, pero Elizabeth grito “¡Fantástico, hágalo de nuevo!”
Entonces el dragón salto y voló alrededor del mundo en solo veinte segundos.
Cuando regreso, estaba demasiado cansado para hablar, se tiró en el piso y se quedó dormido.
Elizabeth susurro muy suavemente: “Hey, dragón”. El dragón no se movió.
Ella levanto la oreja del dragón y metió su cabeza dentro. Gritó lo más fuerte que pudo: “¡Hey, dragón!”.
El dragón estaba tan cansado que ni siquiera se movió.
Elizabeth caminó sobre el dragón y abrió la puerta de la caverna.
Allí estaba el príncipe Ronaldo. Él la miró y dijo: “¡Elizabeth, estás hecha un esperpento! Tienes olor a ceniza, tu pelo está todo enredado y estás vestida con una vieja bolsa de papel sucio. Regresa cuando luzcas como una princesa real”.
“Ronaldo”, dijo Elizabeth, “Tus ropas están verdaderamente bellas y tu pelo está muy arreglado. Pareces un príncipe real, pero eres un inservible”.
Al final, no se casaron.